Panamá, 12 de octubre de 2025. La administración del presidente Donald Trump lanzó una fuerte advertencia a los países miembros de la Organización Marítima Internacional (OMI): aquellas naciones que voten a favor del llamado “Marco Net Zero” (NZF) —una propuesta que busca establecer un impuesto global al carbono sobre el transporte marítimo— podrían enfrentar sanciones económicas, migratorias y comerciales por parte de Estados Unidos.
El NZF, impulsado principalmente por países europeos y que será votado esta semana en Londres, busca financiar la descarbonización del transporte marítimo mediante un cargo global sobre las emisiones de dióxido de carbono de los buques. De aprobarse, sería la primera vez que una agencia de Naciones Unidas impone un tributo mundial al sector naviero.
La Casa Blanca calificó la iniciativa como una “exportación neocolonial de regulaciones climáticas europeas” y advirtió que el plan “pondría en riesgo la estabilidad económica mundial” al aumentar los costos de transporte hasta en un 10 %.
“Estados Unidos no aceptará ningún acuerdo internacional que imponga cargas injustas o perjudique los intereses del pueblo estadounidense”, señaló el comunicado. “Impondremos costos significativos a los países que apoyen esta propuesta y a los funcionarios que la promuevan”.
Washington prepara represalias
Entre las medidas que evalúa Washington contra los países que respalden el NZF se incluyen:
- Bloqueo del acceso a puertos estadounidenses de buques abanderados por esas naciones.
- Investigaciones comerciales y sanciones por prácticas anticompetitivas.
- Restricciones migratorias a tripulantes marítimos, con aumento de tarifas y nuevos requisitos de visado.
- Penalizaciones en contratos federales relacionados con la construcción naval y terminales de gas natural licuado.
- Sanciones personales contra funcionarios que impulsen políticas climáticas que afecten a los consumidores estadounidenses.
“Nuestros socios de la OMI deben estar advertidos”, concluye el texto. “Estados Unidos defenderá sus intereses económicos frente a este intento de imponer un impuesto global disfrazado de política ambiental”.
Panamá, entre los países que habían expresado su apoyo
Semanas antes de este anuncio, el presidente José Raúl Mulino había declarado que Panamá respaldaría el Marco Net Zero, durante una pregunta formulada por la revista Panorama Marítimo y Logístico.
En esa conversación, Mulino afirmó que Panamá “acompaña los esfuerzos internacionales para la descarbonización del transporte marítimo”, destacando el papel del país como líder en sostenibilidad y centro estratégico del comercio mundial.
El nuevo pronunciamiento de Washington coloca a Panamá y a otros países en una posición diplomática delicada, al tener que equilibrar su compromiso climático con el riesgo de sanciones comerciales de Estados Unidos, su principal socio marítimo y económico.
Además, Panamá, junto con Liberia e Islas Marshall, desempeña un papel decisivo en la votación de esta semana, ya que entre los tres registros concentran cerca del 50 % del abanderamiento mundial de naves, lo que los convierte en actores clave para el equilibrio en la adopción o el rechazo de la medida.
Debate global con alto costo político
La votación del NZF en la OMI se perfila como una de las más tensas de los últimos años. Mientras las naciones europeas y los pequeños estados insulares defienden el mecanismo como esencial para financiar la transición verde, potencias energéticas y grandes exportadores temen su impacto sobre la competitividad global.
Para Panamá, miembro del Consejo de la OMI y principal registro de naves del mundo, el resultado será determinante: su voto no solo reflejará su política ambiental, sino también su equilibrio geopolítico entre los bloques económicos que dominan el comercio marítimo global.